La creatividad es una capacidad que todos poseemos para resolver problemas de formas distintas. Usamos esta capacidad porque a veces, las maneras tradicionales ya no funcionan o, simplemente, preferimos no seguir un camino conocido para llegar a la misma solución.
Para aquellos que desean explorar nuevas soluciones y despertar sus capacidades creativas, pero aún los frena esa tonta idea de que la creatividad es un talento exclusivo de “artistas” o “soñadores”, quiero ofrecerles un enfoque para desarrollar la creatividad de manera sistemática.
Empecemos.
Primero, debemos ver la creatividad como un músculo que requiere ejercicio y rutina, similar a ir al gimnasio. Una vez que entendemos esto, el resto es práctica, dolor y esfuerzo. Y cuando digo “dolor”, me refiero a ese dolor que sentimos al comenzar a ejercitar un músculo. Ese dolor incómodo es una señal de que estamos progresando correctamente.
Una vez que aceptemos que la creatividad se puede fortalecer como un músculo, debemos entrenar los ojos, los oídos y la mente. Tomemos el ejemplo de Quentin Tarantino, quien aprendió a escribir guiones extraordinarios nutriéndose de películas de sus géneros favoritos. Al momento de crear, su mente, saturada de referencias, encontraba más fácil combinar todos los elementos absorbidos y plasmarlos tanto en papel como en sus películas.
Sin embargo, tener la cabeza llena de referencias no es suficiente. Es crucial trabajar y pulir la técnica constantemente. Escribir, pensar, reescribir y reflexionar como si no hubiera un mañana. Esta es la etapa en la que muchos novatos se sienten abrumados, ya que organizar los pensamientos y darles estructura puede ser desafiante al principio. Aquí es donde muchos dicen: “esto no es lo mío” y se rinden, al igual que lo harían en un gimnasio o al emprender un proyecto.
Los más creativos tienen una mente hiper-referenciada y dedican tiempo a reorganizar conceptos e ideas hasta crear algo destacado.
Ahora, pasemos al entrenamiento.
Nutrición Adecuada:
Tener la mente llena de referencias nos ayuda a combinar conceptos e ideas para crear nuevas cosas. Todos los días, al menos una hora, recomiendo observar el trabajo de los mejores diseñadores, artistas, fotógrafos, animadores, directores de cine y publicistas para llenarnos de suficientes “calorías de inspiración” y enriquecer nuestra mente con ideas. Al principio, es posible que imitemos estos trabajos sin modificarlos, pero es un paso normal. Copiamos de los mejores hasta que encontramos nuestro propio camino y estilo.
Entrenamiento de Fuerza:
Debemos incorporar un programa de ejercicios compuestos que incluya definir problemas, descubrir insights, escribir y bocetar. Estos ejercicios mejoran nuestras habilidades analíticas y resolutivas y son muy efectivos para fortalecer la creatividad. La clave está en aumentar gradualmente la intensidad para generar la mayor cantidad de ideas que resuelvan problemas en el menor tiempo posible.
Recuperación y Descanso:
El crecimiento muscular creativo también ocurre durante los períodos de descanso. Es crucial dormir bien y darle a nuestra mente tiempo suficiente para que, casi automáticamente, encuentre nuevos ángulos. A veces, forzarnos a encontrar una idea por un mismo camino puede hacernos perder de vista otras opciones, pero detenernos es darle la oportunidad a la mente de ver otras salidas. Los días de descanso activo también son importantes, como ir al cine, visitar un museo, leer, caminar o salir con amigos.
Consistencia y Paciencia:
Construir músculo creativo es un proceso a largo plazo que requiere consistencia tanto en el entrenamiento como en la nutrición de referencias. Es importante establecer metas realistas y darle tiempo a nuestra mente para que se adapte y crezca en ideas.
Complementos:
Aprender a pensar en grupo nos permite llegar a soluciones creativas que individualmente podrían ser difíciles de imaginar. Colaborar con otros talentos nos ofrece nuevas perspectivas y enriquece nuestro proceso creativo mientras nos nutrimos mutuamente.
Listo. Ahora a entrenar esa mente creativa.