Concepto y creatividad

Con estrategia, la creatividad deja de ser un salto al vacío y se convierte en un salto con red. Porque cuando hay propósito, hay dirección. Y cuando hay dirección, las ideas pueden volar más lejos sin perder el norte.

Todo arranca con la exploración. Una investigación profunda y curiosa que nos permite entender el terreno de juego: la marca, el mercado, los contrincantes, la categoría, los dolores, las creencias, las verdades. Esa mirada holística, sin atajos ni clichés, nos abre los ojos para detectar áreas de oportunidad y elegir con criterio los caminos que realmente valen la pena. Y los que nos pueden llevar a ganar.

En esta fase aparecen descubrimientos clave —esos que no salen en los briefings— y que nos dan insumos para construir modelos y frameworks desde los cuales pensar estratégicamente.

Con esa base sólida, ahora sí: a soltar la creatividad. A encontrar un concepto que condense todo ese pensamiento previo y a transformarlo en ideas. Ideas que no son solo ocurrencias lindas, sino decisiones con forma, fondo y dirección. Narrativas que conectan, experiencias que despiertan, piezas de comunicación que hacen que la gente mire dos veces y entienda de una.

La creatividad es el cómo, pero no cualquier cómo. Es el cómo después del qué. Es pensar, pero después de haber pensado. Es ese momento en el que el pensamiento se sale del mapa para contar lo que nadie ha dicho todavía.

Este no es solo el orden para hacer campañas, marcas o contenidos. Este es el orden para crear cualquier cosa que valga la pena.