Guía simple para hacer una estrategia de afán

Vamos a la pepa: ¿Qué es una estrategia?

Vamos al grano. Porque de estrategia se habla mucho, pero se entiende poco.

Una estrategia no es un plan bonito, ni una lista de tareas. Una estrategia es un conjunto de decisiones que te diferencian para ganar. Decisiones que tomás con cabeza, con información, con empatía y con visión. Decisiones que te acercan a tu objetivo mientras los demás siguen adivinando.

Y cuando hablamos de estrategia en creatividad o marketing, hay un punto clave: todo arranca por el problema.

Porque una buena estrategia no empieza preguntándose “¿qué vamos a hacer?”, sino “¿cuál es el problema real que tenemos que resolver?”. Quien define bien el problema, ya tiene medio camino hecho.


Cómo hacer una estrategia paso a paso (sin humo)

Inspirado por cracks como Julian Cole y Mark Pollard, acá te dejo una guía simple, clara y poderosa. Una estructura que no está escrita en piedra, pero sí hecha para ayudarte a pensar con claridad.


1. Detecta el problema de fondo

No se trata de correr a crear piezas. Antes de cualquier idea, toca entender qué está pasando.

Ejemplo:
“Las ventas han disminuido un 20 % en el último trimestre debido a la creciente competencia.”

Este no es solo un dato. Es una alerta. Y ahí está tu punto de partida. ¿Por qué estamos perdiendo? ¿Qué hacen mejor los demás? ¿Qué decisión podemos tomar para darle la vuelta?


2. Debes entender a la gente y su contexto

La investigación no es llenar encuestas. Es meterse en la cabeza, el corazón y el entorno de la gente.

Ejemplo:
“Los consumidores valoran las compras inteligentes y se sienten orgullosos de encontrar buenas ofertas.”

Eso te dice que tu estrategia no puede ser solo precio o promociones. Tiene que apelar al orgullo, a la sensación de “yo sí sé comprar”.


3. Encuentra un insight que conecte

Un insight es una verdad emocional, profunda y poderosa. Es esa frase que dices y la gente asiente con la cabeza.

Ejemplo:
“Los consumidores quieren sentirse inteligentes al encontrar productos que se ajustan a sus finanzas personales.”

Este insight te da dirección. Ya sabés qué emoción activar. Qué tipo de historia contar. A qué idea creativa apuntar.


4. Diseña una big idea que lo diga todo

Tu big idea es el corazón de la estrategia creativa. Esa frase corta, clara y memorable que guía toda la ejecución.

Ejemplo:
“Para los que no se les pasa ni una.”

Suena simple, pero lleva una carga emocional tremenda: inteligencia, orgullo, control, astucia. Y eso es lo que conecta.


5. Aterriza los mensajes clave

Con la big idea clara, baja eso a mensajes concretos y consistentes. Que tengan tono, forma y coherencia.

Ejemplo:
“Compra con inteligencia”
“Elige sabiamente”
“Nada peor que pagar de más”

Tres formas distintas de reforzar lo mismo. Con eso ya tienes una arquitectura de mensaje.


6. Elige bien los canales y cómo vas a usarlos

No todo es Instagram. Elige dónde está tu gente y adapta el mensaje a cada espacio.

Ejemplo:
Redes sociales, publicidad digital, email marketing y contenido en blogs.

Y dentro de cada canal, define qué vas a hacer. Por ejemplo: campañas en Instagram, newsletters semanales, artículos sobre decisiones de compra inteligentes.


7. Arma un plan realista de implementación

Esto no se hace solo. Hay que coordinar equipo, tiempos y presupuesto.

Ejemplo:
Lanzamiento de campaña en redes en el primer mes. Luego, contenido en blogs y email marketing en el segundo mes.

Asigna responsables. No dejes que nada quede en el aire.


8. Mide y ajusta sobre la marcha

Una estrategia viva se mide, se analiza y se ajusta. Nada es estático.

Ejemplo:
KPI: tasa de conversión, engagement en redes, aumento de ventas.

Y si algo no está funcionando, no es un fracaso. Es una oportunidad de afinar. Así trabajan los que hacen estrategia en serio.


Para cerrar

Una estrategia de verdad no es humo, ni presentaciones llenas de palabrería. Es entender, decidir y actuar con intención. Es diferenciarte. Es encontrar el camino más claro y potente para ganar.

Y, sobre todo, es tener el coraje de elegir. Porque una estrategia también es renunciar a mil caminos para tomar el que más sentido tiene.

Si llegaste hasta acá, ya tienes una estructura clara para pensar y armar estrategias que no solo suenan bien, se hacen bien.

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